Jesus Luz opina acerca de Madonna: “La acompañé en su última gira mundial, y aluciné"

Jesús Luz ha pasado recientemente por España por motivos profesionales y es portada de Shangay Style. Y son nuestros amigos y colaboradores de años de esta prestigiosa revista los que nos mandan los extractos de la entrevista de Agustín Gomez Cascales donde se hace referencia a la divina. Escasos… ya que como podréis leer, parece ser que hablar de Madonna es algo prohibido para el bello brasileño. También nos invitan a disfrutar del vídeo del Making Of de la estupenda sesión.

Sus vivencias con Madonna forman parte de un ámbito con el que Jesús Luz no comercia, y es algo que queda claro mucho antes de estar con él. Requisito básico para poder realizar este reportaje era no mencionar a Madonna en ningún momento. “Si él se suelta y cuenta algo de ella, estupendo, pero no le preguntes directamente”. Una frase que escuché varias veces durante la festiva sesión de fotos, a la espera de nuestro encuentro más íntimo, una especie de mantra al que te aferras para mitigar la frustración ante la imposibilidad de hacer las preguntas que todo el mundo espera que le hagas a alguien como Jesús Luz. Curiosamente, todo el que nombra a Madonna en el estudio baja la voz para hacerlo. Ella está lejos, pero su campo de acción es enorme, es una presencia invisible.

Obviamente, su relación con Madonna le ha permitido escalar peldaños a una velocidad de vértigo en el universo musical. Aunque no es menos cierto que esa repentina sobreexposición también ha generado mucho recelo y críticas severas. De eso sí podremos hablar, menos mal.

La moda se cruzó en su camino cuando estudiaba arte dramático en Rio de Janeiro. “Aunque mi familia me ayudaba en lo que podía, no tenía suficiente dinero para pagarme las clases, así que empecé a aceptar todos los trabajillos que me surgían: de extra en series de televisión, de camarero en eventos, de modelo…”
Cuando vio que podía tener un futuro en ese campo, decidió probar suerte en una agencia. Desfiló en Fashion Rio en 2008, hizo algunos editoriales de moda para revistas brasileñas… y pasó lo que pasó.

“Hice mi primer trabajo internacional con Steven Klein y Madonna, y a partir de ese momento ya no he parado”. Una oportunidad que llegó cuando estaba prácticamente decidido a abandonar la moda. “Llevaba meses peleando para encontrar buenas oportunidades y no llegaban, estaba a punto de buscar otro camino, me había desanimado”. Estaba durmiendo en casa de un amigo cuando recibió la llamada de su agente: Steven Klein quería verle urgentemente para ofrecerle un trabajo con Madonna. “Ni reaccioné en ese momento, estaba dormidísimo. A la mañana siguiente, iría al Hotel Gloria a ver qué pasaba”.

Una vez se editó el número de la revista W que incluía el ya mítico reportaje, Jesús Luz acaparó tantos titulares como la propia Madonna. “No estaba preparado para tanta atención internacional”, confiesa. “Poco a poco, me di cuenta de que provocar esa reacción era positivo, significaba que había logrado lo que buscaba. Tuve que aprender rápido, aunque no me costó».

“Acompañé a Madonna en su última gira mundial, y estando un día en el escenario mientras pinchaba Paul Oakenfold [su telonero oficial en ella] aluciné. Ver cómo reaccionaba la gente ante su música me resultó increíble. Empecé a pasar más tiempo con Paul y a prestar mucha atención a sus sets. En cuanto regresé a Nueva York, hice un curso de tres meses. Me enseñaron lo básico y, a partir de ahí, me lancé a pinchar para ir aprendiendo sobre la marcha”.

Por supuesto, no hay sesión en la que no le pidan alguna canción de Madonna. Y él no duda en pincharla. “La que más me piden es Celebration”. No en vano él aparecía en el vídeo ejerciendo de DJ y besando a la diva… “Fué un sueño hecho realidad. Ahí no estaba interpretando, se me ve tal como soy”, cuenta. Respecto a la canción, aclara que no es la versión producida por Paul Oakenfold la que suena en sus sesiones. “Prefiero el remix de Benny Benassi, tiene un bajo muy poderoso”.

Haber estado tan cerca de Madonna durante el Sticky & Sweet Tour le permitió comprobar cómo reacciona el público cuando está cerca de la estrella a la que admira. Y Jesús sacó sus propias conclusiones de la experiencia. “Por supuesto que es agradable sentir toda esa energía y esa pasión, pero creo que un artista no debe depender de ello, porque esa adoración solo sirve para alimentar tu ego. Lo fundamental debe ser siempre la música. Y la popularidad debe ser una consecuencia de tu trabajo, no un fin”.

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